lunes, 29 de febrero de 2016

¡Hasta pronto!

El 12 de febrero de 2016 tuvimos la última clase del máster. Como no podía ser de otra manera, nos despedimos haciendo distintas dinámicas de cierre en la que todos pudimos compartir los buenos momentos y los aprendizajes que hemos tenido durante el mismo.


Comenzamos con un ejercicio de caldeamiento, comenzando a dar vueltas por la clase. Nos mirábamos sin hablar, cruzábamos las miradas, nos encontrábamos, nos sentíamos a gusto dentro de este grupo de personas, nos sentíamos seguros. Y como un buen grupo informal, de repente: “Y ahora, ¡imitad a las gallinas!” Empezamos a expresar todo lo que habíamos construido durante este tiempo: la confianza. No faltaron las risas y los abrazos.


Luego hicimos la dinámica de la máquina humana. Se trata de una técnica de comunicación, en donde cada persona se comunica con el resto del grupo desde su interior, pero también exterior, es decir, en relación con las demás personas del grupo. Esta técnica nos sirvió para reflexionar cómo nos sentíamos o podíamos sentir dentro del grupo.


Para finalizar, terminamos con la técnica del ovillo. Hicimos nuestra red, nuestra propia red de esperanza. Agradecimientos y emoción en estado puro, viendo con nuestros propios ojos la red de profesionales que había construido entre todo el grupo.


Burgos, IV Jornada de Psicología y ER, mesas informativas, federitos, videos, regalos, más federitos, meriendas, valores como crecimiento, empoderamiento, confianza, esfuerzo, constancia, y en definitiva, emociones, sensaciones... todo eso y mucho más hemos vivido durante el máster. 14 meses de sueños e ilusiones, y todo por un objetivo común: mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con una enfermedad poco frecuente y por las cuáles, comenzamos este camino.


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